Desde el 12 de junio Total venía realizando maniobras denominadas de “pesca,” a fin de recuperar la herramienta que había quedado trabada en una sección horizontal del pozo Tau-Nq-AP 309 (h) tight o de arenas compactas.
“Sin embargo, debido al resultado negativo de estas maniobras y tras haber agotado todos los recursos se tomó la decisión de realizar la disposición final de la herramienta y su fuente radioactiva en el interior del pozo siguiendo los procedimientos previstos para este tipo de situaciones, los cuales permiten asegurar la aislación, sin riesgos para el medio ambiente o las personas”, indica un parte de la compañía.
Según confiaron representantes del área de prensa de Total a este medio, habiendo realizado estas tareas “no hay riesgos” de contaminar el subsuelo, debido a que el pozo clausurado, que ya viste un color rojo, “no está vinculado con otras formaciones del yacimiento”.
Sustentó su posición en los estudios realizados por la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN), organismo que aconsejó dar por terminadas las operaciones, a pesar de la pérdida millonaria que significa para la compañía.
El consultado de Total no pudo precisar el grado de radioactividad que cuenta el dispositivo que nunca más saldrá a la superficie, pero asegura que se trata de “elementos de uso extendido que no tienen ninguna clase de afectación”. Insistió en que “no son elementos peligrosos”.
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