El gobierno de la provincia de Santa Fe busca que la Legislatura dé su aprobación al denominado ‘impuesto ecológico’, un gravamen que alcanzaría a 78 grandes industrias y que genera controversias dentro del sector empresario.
Desde la Subsecretaría de Energías Renovables sostienen que se trata de un intento por enmendar (o al menos atenuar) el impacto negativo que genera la producción en masa.
En este sentido, los fondos serían utilizados para reparar el daño consecuente de la actividad del hombre.
A modo de oposición a la medida, referentes industriales señalan que el ordenamiento jurídico ya prevee un régimen sancionatorio para situaciones de contaminación.
En respuesta, el subsecretario del ente, Damián Bleger, aseguró que la iniciativa no busca imputar una sanción, sino apelar a una recomposición del ambiente.
“Desde la provincia pretendemos impulsar un cambio de paradigma que recaiga sobre la figura del empresario. Antes, la energía requerida en el proceso de elaboración de lo que fuera, era responsabilidad del Estado; hoy asumimos que el productor debe comprometerse con el circuito total de su manufactura”, explicó el profesional.
En este sentido, señaló que la puja por una mayor responsabilidad empresaria no responde a cuestiones de beneficencia, sino al hecho de que está en juego también su producción. “Para que la industria pueda sobrevivir en el largo plazo, es necesario invertir, y el momento es ahora. De lo contrario, en el futuro nos veremos enfrentados a errores imposibles de subsanar”, señaló Bleger.
Sobre la posibilidad de que la propuesta sirva para desincentivar la radicación de empresas en el territorio provincial, el funcionario lo desmintió remitiendo a un artículo de Alfredo Morelli (Embajador de la Cancillería argentina abocado a energías renovables) para El Litoral.
Allí, el edil menciona una serie de razones por las cuales es conveniente la creación de un fondo verde; a saber:
• En primer lugar, se debe evitar la trampa energética. Para conseguir energía uno debe gastar energía y hay una relación que debe ser positiva a favor de la energía conseguida, respecto de la energía gastada. Ahora bien, si la relación entre lo que gastamos de energía para producir energía es menos de 1:1, quiere decir que gastamos más de lo que conseguimos.
• La segunda razón es que el que produce debe hacerse cargo del producto hasta el fin de su ciclo, hasta su total desaparición. Los desperdicios que generan la industria, la actividad agrícola o los particulares, tienen un alto costo para la sociedad. Al respecto, la inexistencia de un impuesto verde no hace desaparecer su costo, sino que lo prorratea mal (no lo resuelve) y de manera irracional en toda la sociedad, afectando en mayor medida a los que menos tienen.
• El impuesto verde genera, además, el incentivo para que las empresas y los particulares busquen formas más eficientes para reducir la intensidad energética y la intensidad de recursos naturales. Es más, debería cobrarse en forma proporcional a los desechos generados. La tecnología está disponible y es accesible. Claro que es más caro, pero como dije antes, el costo existe de todas maneras en términos de contaminación y de salud pública.
“El mundo deberá hacer una transición hacia recursos renovables limpios y esa transición implica invertir, gastar energía”, menciona el artículo. Finalmente, Morelli culmina: “A mi juicio es encomiable que el gobierno de la provincia tome una iniciativa que puede ser impopular. El mundo está encerrado en una trampa de la que no se puede salir sin liderazgo. Si los gobiernos toman medidas antipopulares son botados fuera del poder (…) Por otro lado, si las empresas toman medidas para hacerse cargo de sus desechos, son cuestionados por sus accionistas y por el mercado. De modo que si no se rompe ese círculo vicioso, no hay salida”
Desde la Sub Secretaría de Energías Renovables, explicaron que la legalidad impulsada fue también instrumentada en Chile. Siendo éste un país con estabilidad fiscal y económica, sirve como ejemplo a seguir en materia de energías renovables.
Por otra parte, la propuesta acompaña a otras iniciativas lanzadas desde el área con el fin de apuntar a una diversificación de la matriz energética. Entre ellas, la financiación aportada por la Línea Verde, para el acceso a tecnologías que funcionan en base a recursos renovables.
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