¿Qué dijo cada candidato presidencial de Argentina sobre medio ambiente y energía durante el debate electoral?

Si bien hubo magros comentarios sobre el tema, las principales opiniones se enfocaron en la transición energética y el cumplimiento del Acuerdo de París y la Agenda 2030.

La Cámara Nacional Electoral (CNE) de Argentina reunió a los candidatos presidenciales Javier Milei (La Libertad Avanza); Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio); Sergio Massa (Unión por la Patria); Juan Schiaretti (Hacemos por Nuestro País) y Myriam Bregman (Frente de Izquierda) durante el segundo debate presidencial 2023 antes de las elecciones generales del 22 de octubre.

Y tal como anticipó Energía Estratégica, el eje “desarrollo humano, vivienda y protección del ambiente” fue incluido para esta oportunidad luego de lograr el 18,60% de la votación ciudadana, en un hecho inédito en la historia de los debates presidenciales del país. 

Es decir que los candidatos a ocupar el Sillón de Rivadavia a partir del 10 de diciembre y por los próximos cuatro años, no pudieron evitar opinar del cambio climático y la transición energética; aunque al igual que en el primer coloquio realizado por la CNE, hubo más miradas y opiniones cruzadas que propuestas sobre la materia. 

Uno de los principales puntos fue el las posturas sobre el cambio climático y el cumplimiento del Acuerdo de París y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, entre la que se encuentra el objetivo de garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos como también aumentar el uso de fuentes renovables.

Schiaretti fue el único que ratificó explícitamente que “hay que continuar cumpliendo el Acuerdo de París y la Agenda 2030”, como también «subir el corte de los biocombustibles al 20% en biodiésel (gasoil) y 27% en bioetanol (naftas) “y de allí para arriba”. 

“También debemos crear el mercado nacional de carbono. Hay muchos recursos que Argentina desaprovecha”, aseguró el actual gobernador de Córdoba y candidato presidencial de Hacemos por Nuestro País. 

Mientras que Javier Milei rechazó adherir al Acuerdo de París y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, a pesar que hace pocas semanas atrás su asesor energético, Eduardo Rodríguez Chirillo, le había comentado a Energía Estratégica que los compromisos en el marco del Acuerdo de París con las ‘Contribuciones Nacionalmente Determinadas’ (CND) “deben ser cumplidos” (ver nota).

“No adherimos al marxismo cultural ni a la decadencia. Pero somos el único espacio que presentó toda una agenda energética que contiene todas las restricciones dignas que son aplicables en Europa. Por lo tanto, nosotros estamos sobre cumplidos”, señaló el líder político de La Libertad Avanza. 

“No niego el cambio climático, sólo que, en la historia del planeta Tierra, existe un ciclo de temperaturas. Es decir, hay un comportamiento cíclico y éste es el quinto punto del ciclo, donde ahora sí está el ser humano. Por lo que, todas las políticas que culpan al ser humano del cambio climático son falsas y lo único que buscan es recaudar fondos para financiar vagos socialistas que escriben papers de cuarta [sic]”, subrayó.

Por su parte, Massa apuntó a la oportunidad de Argentina de convertirse en “uno de los grandes jugadores mundiales del hidrógeno” a partir de las corrientes marinas, la energía solar, la eólica y el gas; sumado a que apuntó a que los ciudadanos sean “protagonistas en el del desarrollo de un programa ambiental que permita el cuidado a todos”. 

Mientras que la candidata del Frente de Izquierda, Myriam Bregman, indicó que se requiere avanzar en un programa de transición energética “que respete a las comunidades, las poblaciones y los derechos de los propios trabajadores”, y que se inicie por la “estatización” de toda la industria del sector. 

Patricia Bullrich no postuló ningún programa al respecto (aunque sus referentes energéticos ya dieron a conocer detalles de su iniciativa) , sino que sólo aludió a que el dinero no debe caer en manos de burócratas del estado sino en las “personas y sectores medios destruidos” para que Argentina vuelva a tener campo, empresas, alquileres, sueldos, casas y cuidar su ambiente.

2 Comentarios

  1. Sólo soy el mensajero

    Ing. Gerardo Del Caz, Ingeniero Superior Industrial por el ICAI y la École Centrale Paris; miembro del gabinete del Ministro de Industria (España); ha colaborado con la Fundación FAES y el Grupo de Estudios Estratégicos

    Carece de sentido considerar los niveles de CO2 como una amenaza a la existencia de la vida, cuando a lo largo de la historia del planeta, la concentración de CO2 en la atmósfera ha sido incluso cinco veces superior a la actual, sin que por ello la vida humana haya estado en peligro, y sin que se haya demostrado la causalidad entre dichos niveles de CO2 y las temperaturas medias del planeta. Es vital reconocer que las fluctuaciones climáticas son intrínsecas a la historia de nuestro planeta, y no todas las variaciones se traducen en consecuencias negativas para la humanidad.

    La declaración de emergencia busca en realidad incrementar los poderes del estado para actuar sobre las actividades diarias de la población e imponer un marxismo moderno, en tanto y en cuanto se podrían controlar y dominar los medios de producción. En este caso, el gobierno o las autoridades de turno podrían limitar la actividad con medidas fiscales o mediante el estrangulamiento de la oferta de productos energéticos, elevando el costo de acceso a la energía y reduciendo su uso. En realidad, lo que necesita el planeta es justo lo contrario: más energía y más barata.

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    • Javier Perez

      Es cierto que las fluctuaciones climáticas son intrínsecas a la historia de nuestro planeta. Pero también es cierto que las fluctuaciones actuales se han ido de escala respecto a fluctuaciones anteriores. La comunidad científica global está de acuerdo en la teoría del cambio climático antropogénico. Y es una teoría puesta a prueba una y otra vez. Los estudios marginales que indican lo contrario ya han sido refutadas o tienen fallas metodológicas. Y seguramente a futuro salgan tecnologías que permitan reparar estos cambios para evitar seguir perdiendo biodiversidad y evitar un futuro distópico al estilo Mad Max. Pero mientras tanto esta teoría no sea refutada y/o no aparezcan estas tecnologías, tenemos el deber humano de hacer lo posible para minimizar nuestra huella sobre el clima.
      Dicho esto, la existencia de esta teoría es justamente la que promueve la aparición y desarrollo de las energías renovables que tengan efectos mínimos sobre el ambiente. Traducido al día de hoy es, básicamente, dejar de quemar combustibles fósiles. Abandonar las centrales térmicas en favor de otras formas sería un gran avance. Ni hablar de pasar a métodos de movilidad basados en el hidrógeno/electricidad.
      En este sentido, no tiene ningún tipo de sustento lo que menciona sobre el marxismo y el control estatal (me siento en el siglo XIX). Muy por el contrario diría. ¿O acaso usted ve que se estén cerrando las centrales térmicas sin tener un reemplazo adecuado con otros métodos?
      Finalmente, totalmente de acuerdo en que necesitamos mucha más energía. Incluso se está insistiendo mucho en el santo grial de la energía: la fusión nuclear.

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