Flavia Royón, nueva secretaria de Energía de la Nación, posee una fuerte vinculación con el sector minero y la industria del litio tras su paso por la Secretaría de Minería y Energía de Salta, a tal punto que impulsó el Plan Provincial de Desarrollo Minero Sustentable para promover la modernización, la innovación y la sustentabilidad de la actividad minera.
Por lo que surge el interrogante de qué posibilidades tiene Argentina para desarrollar las baterías de ion-litio y pensar en un mayor auge del almacenamiento de energía, teniendo en cuenta el contexto energético que atraviesa el país.
Gustavo Pérego, director de la consultora ABECEB, conversó con Energía Estratégica y sostuvo que “el país puede pisar fuerte para ser un proveedor e industrializador primario de materiales para las baterías”.
“Pero de ahí a que realmente pueda avanzar a una capacidad productiva a escala, es una incógnita muy grande, ya que los dos grandes actores son China y Estados Unidos”, agregó.
“Asimismo, una batería tiene entre 6% y 8% de litio y todavía no está definido cuál es el estándar de la batería, porque dependiendo de la condición de materiales tiene una lógica o perfil distinto (carga más rápida, almacenamiento o duración del almacenamiento). En consecuencia, se deben tener perspectivas de las posibilidades reales”, continuó.
Y cabe recordar que, hoy en día, Argentina cuenta con cerca de veinte proyectos de litio en distintas etapas de desarrollo y “en condiciones” para aquellos emprendimientos en minería de cobre de “tamaño mundial”, lo que hace pensar que si el país aprovecha esta oportunidad, podría tomar la delantera en algunos aspectos y consolidarse como un proveedor internacional.
¿Cómo puede afectar la asunción de Royón? Gustavo Pérego manifestó que “es bien vista por la industria”, pero que todas las áreas gubernamentales enfocadas en la materia deben mantener comunicación interna para su fomento.
“Además, resulta imposible disociar la transformación energética de los componentes de la misma, dado que es un ecosistema muy amplio y en ello está la producción de litio por la cantidad de inversores y fabricantes de sistemas para la movilidad y el almacenamiento de energía. Mientras que las empresas petroleras también miran al litio para diversificar su matriz y transformarse en operadores energéticos”, explicó.
“Incluso, tanto la minería metalífera tradicional como la de litio operan bajo reglas cada vez más estrictas en la sustentabilidad, para tener el mínimo impacto en el medio ambiente y estar electrificados con energías renovables, lo que significa menos emisiones e impacto, además mayor autonomía y automatización en la operación de las minas”, amplió.
Y algunos claros ejemplos son el mega emprendimiento de la minera Ganfeng, que construirá un parque solar de 150 MW y se abastecerá con energía 100% renovable, o el proyecto Jose María que demandará demandará una potencia eléctrica de 270 MW, con picos de hasta 320 MW, y prevé que todo su consumo sea abastecido por generación limpia.
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