El ingeniero Mario Flores definió que «esta obra se basa en grandes movimientos, tanto de personas como de equipos, por lo que se necesita orden y organización”.
El profesional es uno de los encargados en la construcción de Punta Negra, la mega obra sanjuanina que involucra un gran movimiento financiero, económico y legal, además es un multiplicador de trabajo, no sólo en la obra propiamente dicha, sino también para incontables medios secundarios necesarios que van desde comida y transporte, hasta quienes continúen luego de su inauguración, ya sea para leer e interpretar los datos necesarios para operar al gigante o para el mantenimiento que requiere el mismo.
Flores, junto al ingeniero Alfredo Ibaceta (encargado de la parte eléctrica), son quienes guiaron a un grupo de alumnos (ver recuadro) a las entrañas del gigante hidroeléctrico que está a punto de terminarse. Y Tiempo de San Juan muestra cómo es por dentro el tercer dique que se está construyendo sobre el río San Juan.
Las Turbinas
En Caracoles el salto es de unos 150 metros, y la potencia generada es de unos 120 Mega watts, mientras que Punta Negra generará la mitad. «En San Juan hay saltos grandes y caudales bajos, eso determina una turbina de características especiales”, afirmó el ingeniero Ibaceta.
Las turbinas tipo Francis, de origen ruso, producen electricidad a 300 revoluciones por minuto (rpm). Cuando el agua golpea los álabes de las turbinas (una especie de paletas de ventilador gigantes), mueven el rotor y por principios electromagnéticos se produce una tensión de 13,8 kilovolts (kV) (13.800 Volts) por cada una de las dos turbinas. Por ejemplo, en una vivienda familiar la tensión es de 220 Volts.
Estas dos gigantes tienen una altura equivalente a un edificio de cuatro pisos y casi seis metros de diámetro. El peso de cada una de ellas es de 226 toneladas en total. Solo el rotor –eje y bobinado- pesa 91 toneladas y fueron transportados ya armados desde Rusia.
Las turbinas tienen un rendimiento mayor al 98 por ciento, lo que demuestra que son muy efectivas ya que sólo tienen un 2 por ciento de pérdida.
Ambas cuentan con álabes controlados por un tablero regulador de velocidad para mantener constante las revoluciones por minuto.
Toda la energía producida es inmediatamente entregada a la subestación distribuidora que está instalada en el lugar, la cual convierte lo obtenido y lo lleva hasta los 132 kV para incorporarlo a lo producido en Caracoles.
Desde la estación de maniobras hasta la incorporación al sistema, todo está regulado desde una Sala de Control. Esta cuenta con un piso térmico, por debajo del cual pasan todos los cables a los tableros que transportan información. Entre el piso donde van los operarios y por el que van los cables hay una separación de 80 centímetros.
Los tableros de control también impresionan: aparentan ser placares llenos de botones.
Luego, toda esta energía hidroeléctrica generada es inyectada a unas líneas de alta tensión para ser administrada por CAMMESA (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima), quien luego la distribuye al Sistema Interconectado Nacional.
Muralla de Hormigón
Para la construcción del murallón se observa la colocación de las placas, también llamadas pantallas de hormigón, que tienen 15 metros de ancho y la altura de cada una varía, según se necesite para cubrir los aproximados 110 metros del paredón.
Esas pantallas de hormigón tienen un espesor variable, desde los 60 centímetros en su base hasta 20 centímetros en su otro extremo. Están formadas a base de material granular muy bien clasificado y procesado, que es la parte impermeable para el dique, pero como no es totalmente impermeable, se dejaron drenes para sacar el agua hacia atrás.
El espacio destinado para cubrir estas filtraciones es un canal de 5 metros de ancho. Una aclaración importante es que todos los diques tienen previstas y controladas estas filtraciones, que no son riesgosas, sino que están dadas por la composición del material mismo.
La cantidad de material de construcción utilizado queda representado por una cifra cercana a los 10 millones de metros cúbicos. Por ejemplo, una casa de barrio común ocupa 20 metros cúbicos de material.
La inmensidad de este dique se aprecia en cada uno de sus aspectos. Desde el tubo de sección circular de 5 metros de diámetro usado en la aducción (donde van las tomas que llevan el agua a las dos turbinas), hasta las válvulas mariposa (desde donde se controla el paso de agua a las turbinas), cuyo diámetro podría entrar en una construcción de 4 metros cuadrados.
El salto desde la aducción hasta las válvulas, que son las entradas hacia las turbinas, es de unos 80 metros, que es lo necesario para que el agua acumule energía suficiente para golpear los álabes de la turbina. La potencia generada está en función de la diferencia de altura.
Personal Calificado
Todo esto se construyó en medio de la nada, lo que demandó gran mano de obra calificada. Al personal actual se integran numerosas áreas como administración, ingeniería, arquitectura, partes legales, contable y seguridad, entre otros.
Sin poder calcular la totalidad de personas que pasaron, pasan y pasarán por Punta Negra, el ingeniero a cargo de la obra afirma que llegaron a tener hasta 1.500 personas trabajando en el lugar.
El aprovechamiento de este río alimentado por agua de deshielos es máximo, ya que habrá cuatro embalses (Ullum y Caracoles, que ya están en funcionamiento, Punta Negra en construcción y próximamente Tambolar), sobre un mismo cauce, condiciones que no se dan en todos los ríos.
El aprovechamiento hidroeléctrico de la bestial Punta Negra, que comenzó en 2008, está en su etapa final: «A fines de julio comenzamos a llenar el dique”, aseguró el gobernador José Luis Gioja ante los periodistas en la última visita pública a la mega obra.
Fuente: Tiempo de San Juan
Mucho rendimiento de turbina pero si el rio San Juan no trae agua, como ultimamente pasa, no sirve de mucho.
Fe de errata: » Esta cuenta con un piso térmico» . debería decir…. piso técnico.