El Gobierno de Argentina ya había jugado sus fichas a Vaca Muerta, el yacimiento que contiene hidrocarburos cuya extracción es de tipo no convencional. Para eso expropió el 51 por ciento de las acciones que el Grupo Repsol tenía en la petrolera YPF en abril de 2012. Fue la apuesta principal y la sigue siendo hasta el día de hoy. ¿Por qué tanto interés? Se estima que en el subsuelo hay recursos por 800.000 millones de dólares, un negocio que no se quiere resignar.
Este objetivo de explotar el shale gas quedó ahora en stand by debido a que el precio del barril de petróleo descendió a menos de la mitad. Tanto en Nueva York como en Londres, las dos plazas de referencia mundial, se consigue a menos de 50 dólares.
¿Alcanzan estos valores para avanzar con los hidrocarburos no convencionales? El propio Miguel Galuccio, CEO de YPF, habría dicho que necesita un mínimo de 80 dólares para que la mayoría de los pozos sean rentables. Luego del desplome en los mercados internacionales, bajó la pretensión a 65, aunque se interpretó como un mensaje de optimismo y seducción al resto de las compañías.
Si bien la producción local de petróleo y gas crecerá menos de lo esperado, lo cierto es que las importaciones de combustibles fósiles pasaron a ser más baratas. Un 40 por ciento del gas y un 25 por ciento del gasoil que se consume en nuestro país proviene del exterior.
Sin dudas, esta transformación tiene efectos directos en la industria de las energías renovables. En principio, los biocombustibles ya no pueden competir con el gasoil traído del exterior libre de impuestos, tampoco exportar a países que no tienen metas de corte obligatorio; la energía solar ahora tiene costos de generación de energía eléctrica superiores que el gas natural, al igual que la Biomasa.
Nicolás Brown, máster en energía renovable, plantea que “muchas de las fuentes renovables van a estar más complicadas. Solar y biocombustibles, particularmente, que quedan muy lejos de los precios de la energía tradicional”.
Sin embargo, reconoce que “la eólica tiene una oportunidad interesante; el crudo bajó y a estos precios la generación de energía eléctrica en un ciclo combinado con gas oíl es de aproximadamente 105 dólares el MWh. Es un costo muy bajo; pero es un importe que la eólica todavía puede competir”.
Siguiendo la idea, Brown analiza que “para algún proyecto eólico en particular el escenario se puede complicar”, ya que tendrá que negociar contratos a 100 dólares el MWh, en vez de 120 como hasta ahora. Pero asegura que “no es imposible”, debido al potencial de vientos que presenta nuestro territorio y por las tecnologías desarrolladas.
Incluso considera que la baja del crudo “para el mercado de la eólica en general puede ser una oportunidad de capturar capital y horas-político de inversiones que no se van a hacer en Vaca Muerta, y da estabilidad desde el punto de vista de la matriz de generación cada vez más dependiente de las importaciones”.
En su opinión, el hecho de que se demore el proceso de extracción de gas natural en Vaca Muerta mejora las expectativas de las fuentes de generación renovables más competitivas, por caso, la energía eólica. “Hacer contratos a largo plazo con renovables con el precio del petróleo de hoy puede no parecer la mejor idea, pero hay que ver qué pasa cuando crudo vuelva a subir”, concluyó Brown.
Fuente: Secretaría de Energía; año 2014, cuando el crudo cotizaba a 100 dólares.
La eólica en Argentina es una muy buena alternativa, para la terrible coyuntura energética que vivimos, con un atraso tarifario inconcebible. En el 2016 el gobierno que se haga cargo de este pais va a tener en este tema uno de los principales retos a resolver.
No es la solución definitiva, la eólica, pero con el régimen de vientos existente en casi el 80% del territorio, es una salida rápida y la forma de empezar a revertir la dependencia de los hidrocarburos en la matriz.
Sds.
Omar