El lunes pasado, Energía Estratégica dio a conocer los resultados de la quinta rueda del MATER. A diferencia de subastas anteriores, donde competían decenas de proyectos eólicos y solares, ahora sólo están participando dos emprendimientos.
Una de las razones de esta merma tiene que ver con la capacidad de las líneas de transmisión eléctrica. Muchos oferentes con proyectos en vistas dejan de participar porque no tiene forma de evacuar la energía.
Para Juan Bosch, de la consultora SAESA, otra razón, quizá más importante, tiene que ver con la inestabilidad que se está formando en torno a este mercado.
El consultor explica que hay muchos Grandes Usuarios –empresas, en su mayoría- que prefieren comprar al Estado –CAMMESA- su cuota obligada de 8 por ciento de energías renovables, en lugar de irlo a buscar al sector privado.
Bosch observa que en numerosos casos los generadores del MATER ofrecen contratos por 10 años a los Grandes Usuarios, a precios entre 60 y 70 dólares por MWh; mientras que quedarse con CAMMESA cuesta alrededor de 70 dólares. “Los Grandes Usuarios se preguntan por qué me voy a tener que atar a pagar un contrato por 10 años a un precio parecido del que me ofrece el Estado”, compara.
Para incentivar el mercado privado y apalancar nuevas inversiones, la Subsecretaría de Energías Renovables de la Nación otorga beneficios para que los usuarios se vayan de las Compras Conjuntas de CAMMESA.
Se trata de la quita de cargos de Comercialización, Administración y Potencia, que en su conjunto cargan con 9 dólares más por MWh a los usuarios que se queden con el Estado.
Bosch reconoce este esfuerzo del Gobierno, pero advierte que estos cargos varían en el tiempo. “No hay una Ley que indique que la potencia vale cierto monto en la Argentina. Hoy el cargo de potencia ronda los 7 u 8 dólares, pero mañana puede salir una nota diciendo que el precio es 1 dólar, y el ahorro es ínfimo. Y esto no es un invento sino que pasa en los cuadros tarifarios de las distribuidoras”, señala.
“El hecho de no comprarle energías renovables a los privados no acarrea ninguna sanción, remata.
¿Se libera el mercado?
Otro factor que remarca el consultor es que los Grandes Usuarios están a la expectativa de que en febrero se libere todo el mercado energético. La idea venía amasándose con el ex secretario de Energía, Javier Iguacel, y que está por verse su está en la agenda del recién llegado Gustavo Lopetegui.
De ser así, las energías renovables deberán competir con las centrales termoeléctricas de ciclo combinado de gas producido en Vaca Muerta, tarea compleja.
Si bien las renovables cuentan con la ventaja de que actualmente los Grandes Usuarios deben consumir un mínimo de 8 por ciento de energías limpias –el cual subirá al 12 por ciento en el 2020-, el de la consultora SAESA explica que puede que muchos se queden con el Estado en la compra de energía renovables y vayan a jugar al sector privado con contratos de energía a partir de gas natural.
No obstante, podría darse otro escenario. Que sobre finales de este año, cuando el grueso de las 49 centrales eólicas y solares seleccionadas en el MATER, por 1.164,4 MW, haya avanzado en su construcción o ya se encuentren en operación comercial tiendan a competir y ofrecer precios a la baja a Grandes Usuarios.
Para Juan Bosch este escenario es posible, aunque opina: “podrían tender a la baja los precios, pero también tengo una enorme duda de qué va a pasar con la regulación energética, porque cualquier punto que se altere será muy sensible”.
Factor financiamiento
Finalmente, otro de los factores que remarca el presidente de SAESA tiene que ver con la falta de financiamiento para el desarrollo de proyectos. Conseguir tasas competitivas se hace más complejo con un riesgo país que supera los 700 puntos básicos. “Hay casos de proyectos de alta calidad pero por la época que estamos atravesando, el crédito en general se hace más complicado”, cierra Bosch.
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