La arquitectura sustentable es una alternativa interesante para usuarios que piensan en construir una vivienda eficaz y capaz de generar un ahorro económico a futuro. Sin embargo, la posibilidad se torna inaccesible frente a una inversión inicial que supera con creces la requerida en edificaciones tradicionales… ¿o será que en realidad es más barata?
Guillermo Durán es arquitecto, apasionado de la construcción eficiente y miembro activo de la Fundación Energizar. De acuerdo con su palabra, “hay mucha tela para cortar en materia de diseño bioambiental, para lograr que la edificación sostenible sea más económica” y la clave del éxito radica en el uso inteligente de los recursos.
En este sentido, el profesional indicó que las tácticas sustentables son muchas, pero el desafío está en descubrir cuáles son oportunas a cada caso: “Es imprescindible administrar correctamente los materiales, analizar la orientación del sol y saber hacia dónde abrirse, estudiar las mejores formas para distribuir la construcción. De eso se trata y sólo así se obtendrán resultados óptimos”.
En el marco de lo anterior, una casa cuya superficie es de 100 m2 con un perímetro lineal de 40 metros (10 metros por 10), será mucho más rentable que una vivienda con la misma superficie pero con un perímetro de 50 metros (20 metros por 5). “La obra de ésta última requerirá un 17% más de capital y el mismo porcentaje para ser aclimatada”, explicó el letrado.
Por otra parte, aunque el diseño sustentable propicia una disminución de gastos, también interviene en este ámbito el concepto de inversión. De acuerdo con Durán, en este punto sí se puede requerir de un dinero inicial extra pero, pero la administración a conciencia de los elementos empuja a una pronta amortización de las cifras. “Primero invierto, después recupero y por último gano”, resumió.
Otra variante a tener en cuenta, es la multiplicidad de la oferta. “Al pensar en una estructura sostenible, las opciones son cuantiosas: terrazas verdes, recolección de agua de lluvia, chimeneas rusas, diseño bioambiental, geotermia, energía fotovoltaica, energía solar térmica, pintura sustentable, madera certificada… pero no todas pueden aplicarse a todos los casos”, dijo el arquitecto.
Con relación a esto, Durán explicó que la instalación de paneles fotovoltaicos en una terraza es mucho más vistosa y permite que la idea se replique en otros casos. No obstante, aislar una vivienda acarrea costos mucho menores y la eficiencia es superior, aunque no se vea. En este sentido, es fundamental no dejarse seducir por la estética de la oferta.
En este escenario, que la arquitectura sustentable pueda ser barata, imprime competitividad al desarrollo eficiente e impulsa a una economía equilibrada, siendo ésta la actividad más transversal en la vida del hombre. Sin embargo, su evolución es casi nula sin estímulos.
Actualmente, rige en el territorio de la Provincia de Buenos Aires, la Ley Nº 13.059. La normativa establece las condiciones de acondicionamiento térmico exigibles en la construcción de edificios, para contribuir a una mejor calidad de vida de la población y a la disminución del impacto ambiental a través del uso racional de la energía.
Legislaciones como ésta, van en consonancia con las reflexiones de Durán: “Impulsar y aplicar estrategias eficientes en el campo de la arquitectura sustentable, no sólo significa velar en pos de beneficios medioambientales y económicos, sino también, obrar con sabiduría”, culminó.
Todos unidos vamos a salvar nuestro hogar » LA TIERRA»
Creo que existe una confusión en las denominaciones. La arquitectura tradicional es la que se construía en todo el mundo hasta la utilización masiva de elementos industrializados como el cemento, hormigón, ladrillo cocido, hierro, aluminio, etc. La arquitectura tradicional utilizaba los materiales disponibles en el lugar como la piedra, la tierra y la madera, de la manera más sostenible, adecuando los diseños al soleamiento y la climatología del lugar. La arquitectura que ahora se realiza, la convencional, con materiales industrializados, se olvidó de esos principios y filosofías. La arquitectura tradicional tenía muchos componentes sustentables. Recuperando sus métodos y materiales serían necesarias menos equipamientos ahorradores.