¿Qué experiencia tienen en el financiamiento de proyectos de energías renovables?
CIFI es una entidad que lleva más de 20 años en el mercado. Si bien estamos especializados en todo tipo de infraestructuras, en este último tiempo lo que más hemos financiado son proyectos de energía, y sobre todo energías renovables.
Hemos participado en un total de unos 3.600 MW de capacidad instalada en toda la región latinoamericana y la mayoría de estos proyectos han sido renovables, lo cual va en línea con los principios que tenemos en nuestra misión.
¿Operan como un banco tradicional respecto a la financiación de estos proyectos de energías renovables?
El concepto es el mismo. Las operaciones que hacemos tienen una estructura crediticia que funciona. Pero sí tenemos ciertas diferencias. Intentamos ser más flexibles y adaptarnos a las necesidades que tienen los proyectos.
Operamos sobre todo en proyectos que no son gigantes, sino de mediana estructura, adaptados al tamaño de lo que son nuestras economías en Latinoamérica.
¿Qué características tienen los proyectos más atractivos para financiar y dónde se desarrollan?
Nosotros operamos en toda América Latina. Pero lo que ha pasado últimamente es que tenemos ciertas restricciones en algunos países por las condiciones actuales, por la calificación de riesgos de crédito en algunas economías. Eso genera ciertas restricciones de cupo.
En principio, todo tipo de proyecto es interesante, pero tenemos una preferencia en financiar lo que son de energías renovables. Los tamaños de proyectos que hacemos van desde deudas de 10 millones de dólares. El promedio de tickets que manejamos es de 150 millones de dólares.
Tratamos de no decir que no a ningún proyecto, de dar la oportunidad de hacer ese proyecto bancable, en la medida de lo posible.
¿Cuáles son los más bancables?
Hacemos un assessment principal (evaluación situacional) y analizamos qué experiencias tienen los promotores en otros tipos de proyectos; cuál es la ubicación de sus emprendimientos en términos geográficos; de dónde vienen los ingresos del proyecto, si es energía contratada a través de acuerdos de compraventa o si son proyectos que están expuestos al mercado.
¿Cuáles son los proyectos más financiables, los que se celebran a partir del mercado entre privados o los que adjudicado en una subasta estatal?
Se pueden encontrar muchos casos distintos. Hay proyectos con contratos con distribuidoras que tienen problemas financieros, en ese caso podría ser más atractivo un proyecto con un gran consumidor que tenga una calidad crediticia importante.
Desafortunadamente en nuestra región la mayoría de los offtaker públicos tiene algún problema de liquidez y ciertas debilidades financieras. Pero en definitiva es el ambiente en el que nos movemos y por lo tanto no discriminamos. Pero lo que sí tratamos es generar estructuras que realmente permitan que en esos proyectos podamos modelar ciertos tipos de mitigantes y que realmente sean bancables.

Johanna Gómez, Oficial Senior de Inversiones del CIFI
¿Creen que con la aparición del COVID-19 se desarrollarán más proyectos de energías renovables, sobre todo teniendo en cuenta que muchos Jefes de Estado se han pronunciado hacia esa dirección?
Yo creo que el sector en general quedará afectado por el COVID-19. Esto en varios sentidos. Seguramente los proyectos que están en este momento en construcción van tener algunos retrasos, sobre todo porque muchos equipamientos provienen de China; y por la capacidad de ejecutar obras dado los bloqueos que hay en ciertos países. Ese es un efecto que va a impactar definitivamente.
Por otro lado, en el caso de los proyectos que ya están operando, y que en su mayoría tienen contratos con distribuidoras take-or-pay, definitivamente la demanda de energía está bajando y probablemente los pagos de los usuarios puedan tener ciertos retrasos.
Y, tercero, creemos que puede haber una demora en el número de subastas que estaban programadas en Latinoamérica. Adicionalmente, podría haber algún tipo de incentivo perverso en caso de que la dinámica de los precios del petróleo siga bajando en forma sostenida y genere cierto desincentivo la generación renovable.
En toda Latinoamérica tenemos unas políticas de descarbonización que son menos contundentes que en otras regiones como Europa, así que podría haber cierto incentivo en volver a generación con fósil.
Y en cuanto a Project Finance, ¿qué experiencia están teniendo, las empresas están cada vez más preparadas para avanzar en esta estructura financiera?
En mi opinión el Project Finance seguirá liderando la forma de apalancar proyectos importantes de energía.
Sí estamos viendo ciertas tendencias: cada vez vemos más actores diferentes con intenciones de entrar en proyectos. Cada vez hay más disponibilidad de recursos y de apetitos por este tipo de financiamiento.
Por otro lado, lo que también estamos viendo es que las estructuras tienden a ser un poco más flexibles, hecha a la medida de cada uno de los proyectos.
En nuestro caso en particular, estamos haciendo financiamiento de portafolios de proyectos; es decir, emprendimientos que no son muy grandes pero al ser incluidos dentro de un portafolio se hacen financiables a través de nuestras estructuras de Project Finance.
Lo que creo que está pasando es que las entidades de créditos estamos haciendo más productos a la medida de la necesidad de los proyectos.
¿Han estado recibiendo consultas respecto a movilidad sostenible?
Si, las hemos recibido. Es algo estamos viendo muy de cerca, particularmente en las ciudades que están incorporando transporte público eléctrico.
Estamos analizando algunos proyectos y creemos que la movilidad eléctrica definitivamente es lo que se viene, así como también la eficiencia energética. Son temas que estamos viendo con mucho detenimiento y nos interesa mucho poder apoyar.
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