Diputados de la fuerza política UNEN presentaron una iniciativa para agregar a la ley 26.206 “enfoques que contribuyan a generar conocimientos y concientización en materia de producción de energía, ahorro de la misma, modos eficientes de extracción de hidrocarburos, y el alcance de un desarrollo sustentable en este sentido”.
El proyecto ingresó con el número de expediente 6169-D-2014 y está firmado por los siguientes ediles: Martín Losteau, Eduardo Costa, Alcira Argumedo, Ana Carla Carrizo, Margarita Stolbizer, representantes de las distintas vertientes que forman parte de esta alianza política.
Argentina se encuentra dentro de uno de los países que más derrochan energía en el mundo. Según el Banco Mundial para 2011 el consumo fue de 1967 kg de equivalente de petróleo per cápita, por encima de la media global que equivale a 1.890 kg per cápita (2).
“Es importante dotar a los menores de aquellos conocimientos vinculados al ahorro de energía y mejor utilización de la misma, para que desde temprana edad puedan adquirir la costumbre de propender a la sustentabilidad de los recursos energéticos, preservando no sólo la generación presente sino también las futuras. Se debe inculcar en aquellos que están formándose y en vías de adquirir la adultez, el consumo eficiente de energía para lograr un mundo futuro mejor”, fundamentan los legisladores.
Hubo un proyecto denominado «Force for Energy by Children» (FEE) que reunió a nueve agencias energéticas de diversos países europeos (Bélgica, Francia, Grecia, Italia, Portugal, Reino Unido y Suecia) durante 2002/2003.
El objetivo de este proyecto era aumentar la concientización sobre la energía renovable y el uso racional de la energía con niños escolarizados de edades de entre 10 y 14 años. El proyecto permitió que las escuelas hicieran de la energía un tema específico de estudio durante un curso académico.
El trabajo escolar estaba basado en la realización de diversos trabajos e incluía una fase inicial de información, a la que seguía una serie de visitas y ejercicios. Los ejercicios incluyeron auditorías energéticas en los hogares y en las escuelas. Como resultado, los niños asumieron claramente la responsabilidad de la concientización energética y la comunicaron a sus familiares y amigos. Esto llevó, por ejemplo, a que Bélgica dispusiera poner en marcha nuevamente este proyecto pero de manera permanente.
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