La industria del Bioetanol surge a partir de la sanción de la Ley de Biocombustibles, número 26.093. Esta normativa invitó a las empresas a invertir en grandes plantas con el compromiso de que el Gobierno garantizaría volcar la producción para mezclar con las naftas, con un grado de bonificación que prometía recuperar la apuesta en pocos años.
Al mismo tiempo, el corte fue creciendo en forma progresiva, al punto de alcanzar un 10 por ciento reglamentario con la Resolución 44/2014, lanzada por la Secretaría de Energía de la Nación en septiembre para obligar a las empresas petroleras a incluir este porcentaje en el mes de diciembre, aunque a un valor que iría descendiendo en un 5 por ciento mensual, pudiendo extenderse hasta marzo de 2015.
En definitiva, con este incremento de la demanda, vino acompañada una caída de los precios internos (transferencia de ingresos hacia el sector petrolero), medida que afectó directamente todas las previsiones de las compañías que en los últimos años invirtieron importantes sumas de dinero para la instalación de plantas de gran escala. Se destacan las concretadas en Córdoba y San Luis.
Es ante este contexto, indican fuentes del sector que prefirieron no ser citadas en la nota, que la cámara que hace las veces de organismo de representación empresarial (aunque no tiene base, estatuto y personería jurídica) está estudiando el precio que podría garantizar la permanencia de todas las firmas que están entregando bioetanol de maíz en la plaza local.
“Es un análisis de la estructura de costos; estamos tratando de establecer valores promedios para acercarle un número a la secretaría de energía y que consideren estos parámetros. La fórmula actual no incluye algunas variables importantes; es una polinómica de costos, que está multiplicada por un factor de correlación que mide de igual forma al bioetanol de caña de azúcar y el de maíz, pero cuando vos tenes proyectos de 100 millones de dólares la amortización contable deja sin rentabilidad a las empresas que más invirtieron”, explicó una fuente consultada.
De acuerdo a datos oficiales, el 100 por ciento del bioetanol obtenido en 2011 provino del procesamiento de la caña de azúcar. Ya a mediados de 2012 entraron en funcionamiento las primeras fábricas de alcohol de maíz, que aportaron un 20 por ciento. En 2013 la participación a base de este cereal pasó a ser del 45 por ciento y en lo que va de este año ya es de un 59 por ciento.
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