Hace desde el 2006 que la empresa Diaser está fabricando biocombustibles a mediana escala en Argentina abasteciendo el mercado interno.
En comunicación con Energía Estratégica, Sergio Szuchet, director de la compañía, cuenta que 2014 ha sido un año regular en cuanto a la comercialización de combustibles ecológicos, sobre todo para las empresas que apostaron a una producción mayor de estos comburentes.
A saber, de acuerdo con datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la producción nacional de bioetanol sobre la base de maíz y de caña de azúcar creció en los primeros nueve meses del año un 40 por ciento, por lo que se resolvió, mediante la resolución 44/2014 impulsada en septiembre, incrementar el corte de en la nafta de un 0,5 por ciento de forma progresiva hasta este mes de diciembre, a los fines de alcanzar una meta de mezcla en la nafta del orden del 10 por ciento, antes era de un 8 por ciento.
Sin embargo, proporcionalmente al aumento de corte, el precio de venta del bioetanol fue cayendo gradualmente, por lo que el sector no obtuvo ganancias significativas en esta suba sino más bien pérdidas por el gasto en ampliar la producción. “Cuando nosotros invertimos, lo hicimos en base a una cierta Ley, después salió una resolución con un nuevo funcionario que a su criterio la cambió”, observa el empresario.
Frente a este cuadro dispara que “hay un panorama de mucha incertidumbre”, y alarma: “Estamos expuestos a que cualquier funcionario venga y cambie resoluciones que atente contra una inversión promocionada en base a una Ley anterior”.
Agrega Szuchet que el diálogo que tuvieron los pequeños y medianos productores con la Secretaría de Energía para tratar el tema fue “totalmente infructífero”.
“Estamos viendo si podemos sobrevivir con los precios que arbitrariamente deciden otorgarnos sin consultarnos”, remarca y exige: “Queremos consensuar algo en la medida que sea sustentable para nuestra industria”.
Por otra parte, en cuanto a la producción de biodiesel, el entrevistado dice que hay un escenario similar al del bioetanol, ya que el precio del diésel verde varía dependiendo del aceite de soja, principal componente del combustible.
El titular de Diaser cuenta que hace falta contemplar otro tipo de gastos como la mano de obra, deterioro de infraestructura importada, entre otros valores de mantenimiento y transporte, que no se detallan al momento de publicar los precios oficiales.
“Hubo un hecho que no fue predecible: la caída del precio del aceite de soja bajó tremendamente y eso nos quitó todo un margen de ganancia estipulado”, subraya sobre lo complejo de la situación.
Vaticinio 2015
Para el próximo año, Szuchet dice que “es difícil” dar un pronóstico de lo que podrá pasar con la industria de los biocombustibles en el mercado local.
Apunta a que todo depende del diálogo que se sostenga con las autoridades sobre la cuestión. Entiende que hay que tener en cuenta problemáticas que hacen a la coyuntura del país pero subraya que el gobierno nacional debe interactuar con los productores para llegar a mejor puerto.
“Nosotros que abastecemos el interior y a la energía, que es uno de los grandes déficits de la balanza argentina, debiéramos aportar a la solución. Pero si no tenemos diálogos con las autoridades para defender la inversión genuina que genera fuentes de trabajo vamos por mal camino”, analiza el empresario y remata: “Yo soy optimista y espero que esto no ocurra”.
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