Impsa, el gigante tecnológico-metalúrgico de la familia Pescarmona, pasó zozobras el año pasado. Los problemas financieros le costaron algunos de sus negocios: dejar Brasil, donde instaló más de 300 aerogeneradores, y los accionistas cederán una parte de la empresa local a los acreedores. Pese a eso, está más activa que antes debido a los proyectos relacionados con las energías renovables.
“La planta de Mendoza está llena. Estamos terminando cuatro generadores de vapor para la central nuclear Embalse, avanzamos con la producción de turbinas hidroeléctricas para Venezuela y estamos fabricando los generadores eólicos para el proyecto Arauco IV, una iniciativa de La Rioja”, enumera el nuevo CEO de la empresa, Juan Carlos Fernández.
Impsa fue pionera en inversiones eólicas (tienen unos 55 equipos instalados en el país), considera que mejoraron los tiempos para las compañías con esa clase de intereses y espera sumarse a la brisa. Por eso construyó una nueva planta de energía eólica en Mendoza, para hacer equipamientos y sistemas.
La empresa puede producir 150 aerogeneradores por año de 2 MW cada uno. Hoy está produciendo 26 unidades, con un diámetro de pala de 100 metros. “Vamos a ver que empresas extranjeras se van a instalar en el país. Esto es positivo, por más que tengamos más competidores”, anticipa Fernández, quien fue testigo del mismo proceso en Brasil.
Ya se hizo costumbre el atraso en las obras en el Parque eólico Arauco.
Primero se habia anunciado que la etapa actual se completaria a fines de 2015.
Despues, la idea era que la anterior gobernacion (Beder) llegue a inaugurar «algunos» molinos, es decir tener algunos andando para fines de 2015.
Hoy estamos en abril de 2016 y todavía no terminaron las bases.
Si IMPSA puede construir 150 aerogeneradores por año, con 2 meses le deberia alcanzar para producir las 26 unidades de Arauco.
Hace poco escuche que «entre junio y septiembre de este año estarían montando varios aerogeneradores» veremos que sucede.
Debe festejarse que una empresa argentina (de las pocas que tienen tecnologia propia) haya podido sobrevivir y tal vez hoy, crecer.
Si el precio es la demora en la entrega de los molinos, de fabricacion nacional, bien valio la pena, No habra mas despedidos en Mendoza…
Coincido totalmente con Carlos María. Habría que considerar la situación que tuvo que atravesar IMPSA en los últimos años en Brasil y acá mismo que redundó en un concurso preventivo y la entrega de parte del paquete accionario a los bancos acreedores para evitar la quiebra. No se puede opinar tan livianamente cuando se trata de socorrer empresas nacionales dadoras de puestos de trabajo calificados que hacen punta en el desarrollo tecnológico de nuestra industria