¿Qué principales mercados en América Latina está mirando Fluence?
Por supuesto, Argentina, Brasil, Chile, Ecuador y Perú. Pero también todos aquellos mercados que tengan un alto costo de la electricidad –arriba de los US$80 MWh–, un alto costo para desechar el lodo o simplemente los que sean cuidadosos del medio ambiente y quieran continuar el desarrollo de esta tecnología de generación.
¿Qué perspectivas de negocios identifica en este país?
Hay muchas buenas oportunidades en Argentina. Al subir el costo de la energía eléctrica y el costo también del gas natural, el precio de la bioenergía –siendo o no con el RenovAr– a 80 o 100 USD$/MWh resulta competitivo instalar una planta de digestión anaeróbica y surgen posibilidades de desarrollar proyectos interesantes.
Además, es destacable que los proyectos que participen en el RenovAr pueden tener un retorno económico a menos años. El hecho de que se haya apostado por continuar las subastas habla bien del proceso y da confianza al mercado.
Participan por lo pronto de 2 proyectos de RenovAr, ¿cuáles son?
Con estos proyectos hemos asegurado hasta ahora 4.5 megavatios. Uno pertenece a una industria frigorífica y puede producir de 5 a 7 días de la semana, se trata del proyecto ArreBeef de 1.5 MW; y el otro, de la industria citrícola es el proyecto Citrusvil de 3 megavatios, que puede generar durante unos 6 meses por año –debido a la estacionalidad de la industria–. Ambos proyectos fueron adjudicados en RenovAr ronda 2.
¿Qué ventaja comparativa ofrecen en sus soluciones de biogás?
Nosotros hacemos un producto industrial controlado y automatizado de alto nivel mientras que nuestros competidores presentan lagunas anaeróbicas, que son un sistema viejo y que no está controlado.
¿Se encontraron con alguna barrera en Argentina?
Creo que hay que seguir trabajando por cambiar la filosofía del biogás a los ojos de la industria. Se da el caso que plantas en la industria alimenticia no tienen previsto instalar un biodigestor o empezar en un tratamiento de digestión anaeróbica, porque quizás relacionan más ese proceso a sustratos agrícolas como lo cereales y estiércol. Aquí el biogás tiene mucho material valioso y hay que realizar una gestión inteligente y aprovecharlo.
De esos temas se habló en el Encuentro Internacional de Tecnología de Conversión de Residuos que organizó Fluence en Argentina, ¿qué balance realiza del evento?
Hemos logrado tener muchos invitados de todas las industrias y estamos muy a gusto con el resultado.
Por supuesto, el mensaje más importante que queremos dar y que fue dado hoy en la charla fue que la planta de tratamientos de aguas residuales no va a ser más un gasto sino que va a ser una ganancia. Gracias al lodo primario que es un residuo peligroso y gracias a otros subproductos hoy se puede generar energía de modo tal que nos cambie la ecuación económica de una planta.
¿Ven con interés RenovAr 4?
Sí, pero en este caso empresas pequeñas estarían afuera y nosotros hemos hablado con aquellas que tienen proyectos de 1 o 2 megavatio. Ahora bien, si pensamos en una industria con más potencial de generación de biogás, por supuesto hablamos de un conjunto de industrias, unas cooperativas o una cadena de industria láctea donde se pueden tener permeados muy valiosos. Allí, la clave sería juntar más industrias en un mismo plan de tratamiento anaeróbico.
¿Están conversando con nuevos posibles clientes?
Estamos hablando ahora con otros frigoríficos de carne vacuna y aves también, ya que estos pueden producir 5 días a 7 días a la semana durante todo el año y, dependiendo del tamaño de la industria, desde un mega hasta dos.
Por otro lado, también estamos hablando con empresas que tienen proyectos con permeado de suero que podrían alcanzar hasta los 7 megavatios.
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