19 de diciembre 2019

Flexibilidad y pago por capacidad: ¿qué previsiones realizan expertos del sector renovable ante su implementación en Chile?

La tecnología solar por concentración –además del gas y la geotermia– se perfilaría como la más flexible de integrar en el sistema eléctrico chileno. La solar y eólica con almacenamiento serían otra gran alternativa a desarrollar.

El concepto de flexibilidad aún admite distintas acepciones en Chile. Este puede abarcar tanto la capacidad para prestar servicios complementarios como la incorporación de sistemas de generación resilientes, por ejemplo.

De acuerdo a Joshua Carvacho, consultor independiente del sector eléctrico chileno, la premisa esencial es poder preparar al sistema a las variaciones que puedan existir.

“Se requiere que las tecnologías que estén en el pool del futuro tengan prestaciones de flexibilidad que permitan al sistema eléctrico responder a los desafíos que tendrá”.

Entre ellas, el experto destaca que la energía solar por concentración (CSP), la geotermia, el gas y cualquier fuente complementada con almacenamiento podrían posicionarse como aquellas que respondan mejor a los requisitos de flexibilidad que se definan.

¿Este podría ser el gatillo para que se apalanquen nuevos desarrollos con tecnologías renovables? Carvacho considera que todo dependerá de “la letra chica” con la que constará este mercado a futuro.

Esta medida a largo plazo sí podría ayudar al apalancamiento de nuevas centrales solares por concentración.

“La generación con CSP es más flexible porque con esta se puede cambiar el patrón de generación. De allí, entiendo que esta sería la más beneficiada; un escalón más abajo estará la geotermia con algunas limitantes”, indicó Joshua Carvacho, en conversación con Energía Estratégica.

Bajo el esquema actual, en el caso de la geotermia, a esta tecnología le reconocerían cerca de un 60% por su tremendo factor de planta y disponibilidad que tiene –según estimaciones del referente consultado–. Esto, traído a precio serían como unos US$ 8; mientras que, estos necesitan unos US$ 75 para salir a flote.

“Hoy, la barrera que enfrentan estos proyectos fundamentalmente es que el precio es muy bajo comparado a los valores que estas tecnologías necesitan para realizar sus inversiones. Y, una cosa que ya dijo el Gobierno es que el precio de la potencia no va a cambiar”, sintetizó el consultor.

“Por lo que, por lo mucho que se manipule la potencia y se asegure flexibilidad, a lo más, se pagará por el total de la potencia instalada”.

Reforzando lo anterior, es preciso insistir en que, además de tener harta energía disponible, la capacidad de modificarla para inyectar más o menos durante el día resultará fundamental.

De allí, es que Carvacho indique que la capacidad de almacenamiento será lo más valioso en el futuro. Con esto, podrán asegurar su continuidad en el mercado las centrales de energía intermitente como eólica y solar que con el tiempo puedan incorporar baterías que sirvan a la flexibilización.

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