La historia de la energía nuclear comienza con el peronismo en la década del 40, cuando se empezó a analizar sus potencialidades. Sin embargo, hubo que esperar hasta la puesta en marcha de Atucha I, en junio de 1974, con el regreso de Juan Domingo Perón al país, para que esta apuesta se haga realidad.
Actualmente esta central, pionera en América Latina, cuenta con una potencia eléctrica bruta de 363 megavatios eléctricos y emplea mezcla de uranio natural en un 0,72 por ciento y uranio levemente enriquecido al 0,85%.
Eduardo Barreiro, licenciado en Química, consultor en temas de Energía y director de la Society of Petroleum Engineers, regional Argentina, estima que el proyecto sucesivo, Atucha 2, podrá funcionar al máximo de sus posibilidades en dos meses: “ya está cerca de los 200 MW, que es prácticamente el 30 por ciento de lo que puede producir, pero se supone que para septiembre estará al 100 por ciento”.
Desde que se retomó la iniciativa el especialista calcula que el Estado desembolsó algo así como 4.000 millones de dólares. De todas maneras, asegura que el capital “en poco tiempo se recupera”, ya que este tipo de energía es “de las más baratas”. Agrega que las plantas “tienen una vida útil estima de 30 años”.
Barreiro explica que este proyecto fue relanzado recién en 2006, luego de mucho tiempo en que el sector permanecía estático, por eso fue necesario la formación de personal: “En 2004 y 2005 empezó a entrar gente nueva, se generó una mezcla de generaciones, viejos y jóvenes, que permitió difundir conocimientos”, mencionó el experto. “Gracias a esto se pudo reconstruir Atucha 2 y adaptarla a las nuevas tecnologías”, sostuvo.
Mientras tanto, Barreiro señala que hay interés por instalar otra central en nuestras pampas: “está en discusión Atucha 3 o embalse 2; todavía no está definido el lugar, pero se dice que podría ser sobre el río Paraná, donde no hay problema para hacer la refrigeración”.
“Va a ser más grande que Atucha 2, va a pasar los 1000 MW; es una forma de mejorar la matriz energética, que está totalmente basada en hidrocarburos”, resalta.
El entendido en la materia evalúa que “el impacto térmico en embalse sería demasiado como para hacer Atucha 3”.
Con estas iniciativas en carpeta considera que “las perspectivas de la energía nuclear son positivas”. Hace hincapié en que “no emite dióxido de carbono” y aclara que “con los debidos recaudos se pueden controlar los residuos”, garantizando el cuidado por el medio ambiente.
Sobre Atucha 2
Atucha II es una central nucleoeléctrica con una potencia de 745 MW eléctricos a base de uranio natural y agua pesada. Está ubicada sobre la margen derecha del Río Paraná, en la localidad de Lima, Partido de Zárate, a 115 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires.
La piedra fundamental de Atucha II se colocó en 1982, y entre 1994 y 2006 estuvo paralizada, hasta el relanzamiento del Plan Nuclear Argentino impulsado por el Gobierno Nacional.
El reinicio de la obra representó la recuperación de técnicos y profesionales especializados, así como contratistas y proveedores, formación de soldadores, cañistas, montadores de calidad nuclear, entre otras especialidades que habían desaparecido, recobrando las capacidades nacionales para el diseño y construcción de centrales nucleares de potencia en el país
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