Estados Unidos prevé financiar un programa para desarrollar centros regionales de hidrógeno bajo en carbono (H2Hubs) en todo el país y crear redes de productores, consumidores e infraestructura “conectiva” local para acelerar la demanda de este vector energético.
Para ello, el Departamento de Energía (DOE) de EEUU publicó un aviso de intención para solventar la iniciativa de la Ley de Infraestructura Bipartidista con más de ocho mil millones de dólares, teniendo en cuenta que la cadena de valor resulta crucial para descarbonizar el sector industrial y alcanzar el objetivo de tener una red eléctrica 100% limpia para el 2035 y net zero al 2050.
Y cabe recordar que, según datos de los organismos gubernamentales del país, Estados Unidos produce cerca de diez millones de toneladas métricas de H2 por año, es decir, aproximadamente el 11% de lo que se genera a nivel mundial, aunque la mayor parte proviene del gas natural.
Por lo que esta iniciativa estaría orientada a cambiar ese paradigma, ya que se buscaría producir el hidrógeno utilizando electricidad limpia a partir de energías renovables, incluidas la solar, la eólica y la nuclear.
Y la selección de los H2Hubs regionales utilizaría la colaboración entre jurisdicciones y considerará factores como la justicia ambiental, la participación de la comunidad, la ubicación basada en el consentimiento, la equidad y el desarrollo de la fuerza laboral.
Asimismo, el Departamento de Energía de EEUU escogerá las propuestas que prioricen las oportunidades de empleo y aborden las materias primas de hidrógeno, los usos finales y la diversidad geográfica.
Mientras que un aviso de intención proporcionará el plan preliminar “de alto nivel” para la visión actual del departamento en cuestión, que tiene el objetivo de reducir costos en múltiples sectores de la economía, entre ellos el LCOH a USD 1/kgH2 para la próxima década.
Esta medida llegó en la misma semana en la que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, emitió una determinación para utilizar la Ley de Producción de Defensa y acelerar la producción de cinco tecnologías energéticas claves para la transición que impulsa la Casa Blanca, con tal de reducir los costos energéticos para las familias.
Y en concreto, las tecnologías que recibirán un impulso serán los sistemas solares fotovoltaicos, transformadores y componentes de la red eléctrica, bombas de calor, aisladores y, por último, electrolizadores y pilas de combustible.
Elementos que van en concordancia con la idea de mejorar la cadena de suministro y no depender de las importaciones de energía limpia en el futuro, más aún si según los cálculos de DOE, la demanda de tecnologías de esta índole aumentará entre 400 y 600% en el mediano y largo plazo.
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