Fuentes que participaron de las negociaciones entre las partes y del proceso de revisión del contrato señalaron ayer a BAE Negocios que “sólo habrá cambios menores” y el proyecto seguirá a cargo de la UTE conformada por la firma cordobesa Electroingeniería, la compañía china Gezhouba e Hidrocuyo.
Las fuentes indicaron que “se determinó que no hay posible daño al medioambiente”, así como “tampoco existen cláusulas secretas” y las represas estarán finalizadas en 2019, como se estipuló. La cartera de Energía, encabezada por Juan José Aranguren, dará a conocer en breve que en sesenta días aproximadamente se interrumpirá el parate que las represas sufren desde el mes de diciembre, a partir del cambio de gestión presidencial y el proceso natural de revisión.
“La reanudación implicará además el relacionamiento con China mirando al largo plazo, a lo que hay que sumar su participación en el gasoducto de Córdoba”, apuntaron a este diario. Ahora comenzará otro tipo de análisis, entre marzo y abril, para fijar si se mantendrán el mismo valor del contrato y las características del proyecto en marcha.
“No habrá modificaciones relevantes, contra las más diversas especulaciones y operaciones en contra”, señalaron quienes están inmersos en la reapertura de las obras. Luego de los intentos fallidos de licitación y el cambio del nombre original de las represas, el proyecto fue adjudicado en agosto de 2013. Tras varias idas y venidas con el crédito chino, el acta de inicio de obras se firmó el 14 de febrero de 2015.
Hasta ahora, el consorcio lleva contratados alrededor de mil operarios para trabajos de suelo e instalación de obradores. Aranguren señaló hace unas semanas, en declaraciones radiales, que “hemos tomado la decisión de ajustar el proyecto al marco regulatorio vigente y asegurarnos que se hace conforme a un proyecto ejecutivo definido”.
El funcionario reveló que ya han convocado a los responsables del emprendimiento y admitió que “se puede hacer bien, conforme a las normas ambientales vigentes, sin ningún tipo de afectación”.
Fuentes: Diario BAE.
Como argentina y santacruceña por adopción me alegro que el gobierno haya entendido que esta obra no es de un gobierno o partido político, sino del Estado Argentino, que los beneficios no son sólo para los santacruceños sino para todo el país, pues nos permitirá encaminar al país hacia la soberanía energética y modificar la matriz productiva de nuestra provincia, que hace años aporta su energía no renovable al país.
Me alegra además que la Empresa Electroingeniería continúe al frente de la obra pues hasta ahora ha dado muestras de su seriedad, atención a la capacitación de mano de obra local y sentido de pertenencia con el entorno patagónico
Si el problema eran los nombres de las represas, bien , cambiarlos por pelopincho y cachirulo, y fin del problema. Como se ve que tuvieron que bajar varios cambios,viendo lo que se venía en juicios , dejemos de ser un país de la improvisación, si queremos jugar con las ligas mayores estemos a la altura .
Creo importante cambiar el nombre de las represas. Los personalismos argentinos, hicieron y siguen haciendo mucho daño. No más peronismo, no más kirchnerismo, no más el culto marxista a la personalidad. Lo que valen son los proyectos, el estudio, el desarrollo, el culto al desarrollo en todos sus niveles. Argentina debe cambiar.
Estudiar, desarrollar profesionales de alto nivel, nunca ha ocurrido en los países donde el culto a la personalidad de sus dirigentes es política de Estado (como lo fue la ex URSS, lo son Cuba y Corea del Norte).
Primero que nada que funcione.
Luego si hay mucha discusión para definir un
nombre emblematico de la obra, que sirva de
recordatorio reflexivo del espíritu «nacionalista»
de sus promotores, podría bautizarse
…»RIP ALI BABA»….