El Gobierno parece estar dispuesto a hacer un gran esfuerzo fiscal para evitar que las tarifas de luz aumenten en todo el país el año próximo, crucial para el destino político del kirchnerismo. A la promesa de financiar obras para las gobernaciones que mantengan planchadas las boletas eléctricas en 2015 acaba de sumar otro ofrecimiento: se hará cargo de cubrir los aumentos de sueldos que se definan en las próximas negociaciones paritarias del sector, que deberían comenzar en el primer trimestre. Así, reforzará una tendencia que comenzó con Edenor y Edesur, las dos empresas más grandes del rubro, que enfrentan desde hace años una situación crítica y necesitan de la ayuda del Estado para hacer frente a una parte de los salarios.
En las últimas semanas, varias provincias anunciaron que aplicarían aumentos en las boletas de luz a partir de enero. Pero el ministro de Planificación, Julio De Vido , ahogó esas intenciones desde el origen mediante la prolongación del plan de convergencia tarifaria, que en los papeles surge de acuerdos entre las provincias y el Gobierno. Esa iniciativa, que nació a principios de este año, consiste en que la Casa Rosada financie las obras que se necesitan para sostener y mejorar el funcionamiento del sistema eléctrico en las provincias a cambio de que las distribuidoras no toquen sus tarifas, todo un desafío en un contexto de incremento constante de costos.
El plan tuvo algunas dificultades desde el punto de vista de los gobernadores, en especial las demoras de Planificación para girar los fondos por el sistema de liquidación. Por eso, la mayoría de los timoneles provinciales no quería renovarlo. Sin embargo, la capacidad de convencimiento de De Vido pudo más que su negativa.
Hasta ahora firmaron ocho provincias. Entre ellas Jujuy, Tierra del Fuego, Neuquén, Formosa y Jujuy. Ayer puso su nombre el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli.
Luego del encuentro, De Vido sostuvo que «la convergencia tarifaria significa inversión en obras públicas de infraestructura eléctrica para toda la provincia de Buenos Aires, pero fundamentalmente significa seguir manteniendo un esquema tarifario popular, que impulse y promueva el consumo de energía, pero fundamentalmente que mejore la calidad de vida de nuestra gente».
Obras y Sueldos
Los nuevos acuerdos tienen una diferencia importante con respecto a sus antecesores. En algunos casos, ahora el Gobierno aceptó hacerse cargo no sólo de las obras, sino también de gastos corrientes, es decir, de los salarios.
Aunque los equipos técnicos de Planificación y de las provincias continuarán negociando en los próximos días, está acordado que la Nación se ocupe de los ajustes que reciban los empleados del sector luego de las negociaciones paritarias. Sucede que, en ciertos casos, las erogaciones en sueldos se llevan la parte más gruesa del presupuesto de las compañías.
A los gobernadores aceptar el pedido de De Vido les resulta antipático debido a la crítica situación del sector. Como los ingresos de las empresas crecieron menos que sus costos, a la mayoría le faltan recursos para afrontar su actividad.
Entre todas, le debían hasta noviembre a Cammesa, la compañía administradora del mercado eléctrico, que controla el Estado, más de 18.000 millones de pesos. Entre las principales deudoras están la cordobesa EPEC, con 2800 millones de pesos; Edelap, $ 660 millones, y Secheep (Chaco), $ 320 millones. Todas por debajo de Edenor y de Edesur, que tienen una deuda con Cammesa de $ 6250 millones y $ 5700 millones, respectivamente. Las dos últimas, además, tienen resultados contables malos, con pérdidas entre enero y septiembre de $ 1443 millones y $ 2019 millones. Las atribuyen a la política hacia el sector, que mantuvo las tarifas contenidas en un contexto de inflación.
Ayer hubo una nueva muestra de esa crítica situación. La compañía Inversora Eléctrica de Buenos Aires informó el viernes pasado que dejó de pagar una cuota de interés que corresponde principalmente a las Obligaciones Negociables (ON) por 130,26 millones de pesos que vencen en 2017. En otros términos, entró en cesación de pagos. La empresa es la controlante de Edelap, la distribuidora de luz de La Plata, entre las principales firmas del segmento, detrás de Edenor y de Edesur.
Fuente: La Nación
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