Las últimas licitaciones para el suministro de potencia y energía eléctrica en la región latinoamericana arrojaron precios que resultaron alentadores para el sector renovable. Entre los países que fueron a la baja, Chile fue adjudicando a un precio promedio de USD $32,5 el MWh en su última edición en 2017.
En este mercado, Vestas tuvo un rol activo para el crecimiento de la industria eólica. Al respecto de esta evolución, Andrés Gismondi, Director General de Vestas Argentina, alagó cómo Chile apostó a la promoción de estas fuentes de generación y cómo se optimizaron tanto las subastas como el mercado entre privados.
«El sistema de Chile es extremadamente avanzado si lo vemos desde el punto de operación y acceso. Las subastas que han hecho incluyen bloques horarios, con lo cual han permitido conseguir costos muy bajos en función de las horas del día. Entonces está el incentivo no sólo del costo ponderado de la energía como tenemos en Argentina; en Chile, se da una subasta determinada a un cierto precio de venta pero, a su vez, tenés mercados durante el día con los incentivos de precio. De este modo, tener el riesgo mercante permite también optimizar más los proyectos. Las subastas que ha hecho Chile han conseguido los precios más bajos en los bloques diurnos que se correlacionan con energía solar. Pero, los otros, si bien tienen precios más altos, no dejan de ser competitivos».
Efectivamente, en la Licitación de Suministro 2017/01 se pusieron en juego siete bloques de suministro: bloques por horarios y bloques trimestrales. De allí, entre las ofertas solares por el Bloque de Suministro No 1-B estuvo el valor más bajo conseguido en la licitación: USD $ 21,48 por MWh.
«Al ver los números que se alcanzaron en Chile yo diría que, en general, el sistema libre de subsidios es muy competitivo; es puro mercado con spot, con riesgo mercante. Ahora bien, en países como Argentina costará mucho llegar a eso porque la quita de subsidios tiene impactos muy fuertes (lo estamos viendo) pero eso también permite bajar el costo de la energía para el usuario, se reflejaría en la factura final», reflexionó el empresario..
Por otro lado, otro aspecto que se destaca del mercado chileno es su plan nacional de descarbonización. «Chile tiene una participación importante de carbón en su matriz, la cual las grandes compañías las utilities’ la están reemplazando con otras fuentes de generación principalmente renovables, un mix eólico y solar. Ese plan es el que está llevando a un renacimiento del sector muy fuerte».
En este escenario también el mercado entre privados se destaca. Con las mineras como el principal offtaker, ya que tienen la capacidad de dar contrato de largo plazo y garantías muy sólidas, el crecimiento de la industria renovable en Chile es un hecho. No obstante, nuevas exigencias que surgen para el sector renovable en Chile preocupan a empresarios.
«Hoy hay una discusión en el sector con respecto a normas sísmicas. A partir de la cual se está exigiendo a las fuentes renovables no convencionales el mismo cumplimiento que se le exige a una central hidroeléctrica. Es un hecho que Chile sufre de los sismos, considerar que debe haber suministro cuando estos sucedan nos genera preocupación porque llevar esa normativa a lo se quiere llevar puede generar un incremento de costo que directamente de los fabricantes no vamos a poder cumplir con esa normativa por los costos exorbitantes», concluyó Gismondi.
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