La generación distribuida en Argentina y su reglamentación sigue siendo un foco de debate dentro del sector, ya que varias provincias aún no adhirieron a la Ley Nacional Nº 27424, como el caso de Buenos Aires.
La contracara se ve, por ejemplo en Córdoba, pionera en reglamentar manera provincial y adherir a dicha ley e incluso “tiene líneas de crédito de banca provincial y alguna banca privada para hacer frente a la inversión inicial”, según informó Marcelo Álvarez, Coordinador del Comité Solar Fotovoltaico de la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER), durante la Cumbre Latinoamericana de Generación Distribuida.
Y si bien el esquema de la normativa es net billing y no contempla otra forma de generación, desde CADER apuntan que “hay oportunidades en Argentina, que no son exclusivas del país, de programas específicos dentro de las leyes por usos finales”.
A lo que refirió Álvarez es que aquellos posibles programas puntuales a determinar por la autoridad de aplicación, contemplados en el Régimen de Fomento a la Generación Distribuida, “son oportunidades que le bajaría el costo a Argentina, le generarían ingreso de divisas y el instrumento jurídico está vigente”.
Esto se relaciona con otras de las cuestiones que comentó el especialista, el hecho de que “la generación distribuida no debería limitarse o restringirse sólo a lo eléctrico”, tal como ocurre de acuerdo a ciertas reglamentaciones debatidas durante evento organizado por Latam Future Energy, alianza entre Energía Estratégica e Invest in Latam.
Frente a esas oportunidades, el Coordinador del Comité Solar Fotovoltaico de CADER opinó que “falta atender con programas específicos, ya sea tarifas de incentivos, incentivos fiscales o mayor proporción de la inversión inicial, herramientas que están en la ley federal y que la autoridad de aplicación puede usar”.
Por otro lado, un tema abordado fue el propio crecimiento del mercado local y el control de calidad y certificaciones que ello conlleva. Al respecto, Marcelo Álvarez señaló que “se debe avanzar sobre la certificación del instalador”.
“Al crecer el mercado, hay muchos instaladores que saben de electricidad y creen que eso los habilita para hacer instalaciones de energías renovables sin capacitación adicional. Sin embargo, hemos detectado muchos problemas posibles por mala praxis”, agregó.
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