El pasado martes tuvo lugar una jornada donde participaron distintos actores de relevancia interesados en la utilización de biomasa como medio de generación de energía, sobre todo térmica. La jornada obtuvo el nombre de “Desarrollo de negocios sustentables basados en la utilización de la biomasa como recurso energético”.
El Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) fue uno de los responsables del evento, con la participación de Agustín Piccoletti, ingeniero químico miembro de la Gerencia de Proyectos Especiales del INTI, quien en diálogo con energiaestrategica.com destacó que todos los presentes fueron invitados por su rol dentro del sector, desde empresas productoras de quemadores, calderas y otros sistemas de aprovechamientos de energía térmica, como consultores de energía y ministros de industria.
Además, como disertante de lujo, estuvo presente el español Miguel Broto Cartagena, consultor con amplio conocimientos y experiencia en la temática, quien después de 30 días en Argentina brindando charlas, invitado por el INTI, regresó a Europa.
“El aprovechamiento de la biomasa puede ser utilizado tanto para un aprovechamiento de uso residencial como comercial e industrial. Entonces, teniendo los actores de ambas partes se pueden pensar esquemas virtuosos de funcionamiento”, señaló Piccoletti.
Entre las propuestas más contundentes, se barajó la necesidad de desarrollar un Esquema de Certificación de Biomasa que determine las características como combustible (poder calorífico, granulometría, humedad, finos, etc.) del recurso biomásico. De esta manera se generarían estandarizaciones para poder diseñar equipos específicos para cada tipo de biomasa, evitando una variación en la potencia del equipo al usar estos combustibles ecológicos con diferentes características. De ese modo, no se generarían falsas expectativas en el usuario y se generaría mayor confiabilidad en la tecnología. Vale destacar que mientras más porcentaje de humedad presente el recurso, menos poder calorífico tendrá.
“El usuario, al saber y notar que su caldera produce un cierto nivel de potencia térmica, utilizando cierta cantidad de biomasa, se aventurará a utilizar este tipo de tecnología en mayor medida”, subrayó el experto.
De ese modo podría generarse certezas en los usuarios potenciales de la biomasa y desarrollar la tecnología. Durante la jornada quedó en claro que en Argentina hay la cantidad para satisfacer la demanda, y que es mucho más competitivo instalar una caldera a biomasa que generar energía térmica mediante GLP (gas de garrafa).
“Sin lugar a dudas el balance fue muy positivo”, enfatizó Piccoletti.
Al final de la jornada quedó abierta la posibilidad de establecer nuevas convocatorias que continúen vinculando los actores del área.
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