¿Cómo surgió el proyecto?
El año 2012 fue el año del debut de la nueva Secretaría de Energía de la Provincia, y necesitábamos arrancar con un proyecto concreto donde
pudiéramos mostrar el uso de alguna fuente renovable de energía. Teníamos varios frentes que comenzamos a desarrollar, solar, biogás, eólica de baja potencia, entre otras, pero vimos la posibilidad de ver qué pasaba con el recurso eólico de Santa Fe, analizando días muy ventosos y cierta
frecuencia.
El planteo fue aprovechar vientos en altura, dada la “rugosidad” propia del terreno como es en el caso de una ciudad. Y así fue elegido el
edificio elevador de granos del puerto de Santa Fe, con más de 70 metros de altura al tope de su estructura, para instalar un pequeño aerogenerador, y así fue aprobado por la Subsecretaría de Energías Renovables.
¿Qué equipamiento se instaló?
Analizamos las posibilidades del mercado buscando, fundamentalmente, un producto nacional. Luego decidimos contactarnos con la empresa Giacobone, División Energía, y a su presidente Juan Giacobone le gustó la idea, al punto de ofrecer en comodato un equipo Eolux de 1300 W de potencia. El mismo fue instalado sobre una torre tubular de 12 metros de altura, quedando el eje del generador a unos 84 metros de altura aproximadamente.
¿Cómo se utiliza toda la energía que genera?
Posee un inversor de origen alemán, que permite inyectar a la red de baja tensión la energía generada, para autoconsumo de los elevadores de granos.
¿La instalación se hizo respetando el Procedimiento de interconexión de la
EPE?
No, esta fue la primera instalación de una fuente renovable conectada a red en la provincia, y fue anterior a la sanción del protocolo, que se ocurrió en 2013. Contamos en la ocasión con una autorización especial de la EPE, previa constatación del funcionamiento del equipo inversor que garantizó todos los requerimientos de seguridad y operación hoy demandados oficialmente.
¿Ha inyectado en los dos años algo más de 2000kWh, era una cifra esperada?
Al no tener medición de vientos en esa altura, esperábamos una media diaria de 2.5 kWh por día, pero nos encontramos que está casi en 3kWh/día. Una cantidad de energía suficiente como para alimentar 20 lámparas de bajo consumo de 15 w cada una, durante 10 hs al día.
¿Qué conclusiones le merece el proyecto?
En primer lugar, que se ha comprobado totalmente la efectividad de inyectar a la red de baja tensión, energía eólica de baja potencia. Y en segundo lugar, que la ciudad de Santa Fe puede aprovechar sus edificios en altura para generar energía eólica conectada a red, y así ahorrar energía convencional.
Pero en el caso de los edificios en altura, podrían funcionar sin conexión a red, utilizando la energía generada para bombear agua a los tanques de distribución de los edificios, ubicados en las azoteas, minimizando el uso de las bombas eléctricas convencionales. Esto, más allá de ser una horro en la generación de origen fósil y evitar la emisión de dióxido de carbono, podría impulsar el vital líquido en momentos de cortes de energía de la red pública.
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