Habían pasado algunos minutos de las 15.30. El gobernador de Mendoza, Francisco «Paco» Pérez, salió apurado de la casa de esa provincia en Buenos Aires camino a la Residencia de Olivos, donde Cristina Kirchner esperaba a los jefes de las provincias petroleras para anunciar el acuerdo para enviar al Congreso el proyecto de una nueva ley de hidrocarburos.
Tenían que estar a las 16. Pero una llamada de Martín Buzzi (Chubut) lo frenó en plena carrera. Los gobernadores se habían retrasado, por lo que la Presidenta decidió volar a Formosa, donde tenía un acto. Se nota que la ley petrolera le interesa a Cristina Kirchner: en lugar de pasar la cumbre para hoy, la suspendió para las 21, aunque luego llegó mucho más tarde.
El episodio muestra las fricciones que despertó entre la Casa Rosada y los gobernadores el proyecto oficial para sancionar una nueva ley de hidrocarburos. Desde las 11 estuvieron reunidos equipos técnicos de las provincias en la Casa de Mendoza.
Más tarde llegaron los gobernadores: Fabiana Ríos (Tierra del Fuego), Oscar Jorge (La Pampa), Alberto Weretilneck (Río Negro) y el anfitrión, Pérez. Los pesos pesados fueron al edificio de YPF en Puerto Madero. Allí, Buzzi y Jorge Sapag (Neuquén) discutieron por horas con Jesús Grande, director de YPF.
También participó Miguel Galuccio, presidente de la petrolera estatal. A primera hora de la tarde, se comunicaron con el edificio de Callao y Corrientes. Pusieron el teléfono en altavoz. Y acordaron avanzar en un texto común para presentarle a la Presidenta. Quedaban algunos dubitativos, para quienes la postergación fue una bendición.
Desde las 18 hasta las 21 los gobernadores estuvieron en el piso 34 de la torre de YPF con Galuccio, Grande y el ministro de Planificación, Julio De Vido. Los sándwiches de miga, de pan árabe, el café y la gaseosa mejoraron la espera. De Vido era uno de los más apurados: «Vamos, que tenemos que ir a Olivos«, arengaba cada vez que el tratamiento de un punto se demoraba. Al final del encuentro se fueron a ver a la Presidenta, que estaba en vuelo. Ya habían firmado .
El texto que se presentará posiblemente esta semana en el Congreso está muy cerca de lo que quería Galuccio para tentar a inversores. Dice que la participación de las provincias en la renta será a partir del cobro de un 12% de regalías, con la posibilidad de sumar 3% en cada prórroga de concesiones, con un máximo de 18 por ciento.
Aunque no formará parte del proyecto de ley, los gobernadores se comprometieron a firmar un pacto fiscal que le dé un régimen impositivo estable al negocio.
El documento estipula que los gobernadores no podrán retener áreas sin licitar para las petroleras provinciales. Tampoco el Gobierno, que lo hizo con Enarsa. «No establecerán en el futuro nuevas áreas reservadas a favor de entidades o empresas públicas con participación estatal, cualquiera sea su forma jurídica«, sostiene el texto que vio LA NACION. Para participar, las gobernaciones deberán aportar la parte proporcional de la inversión.
La ley no compromete los proyectos que ya están en marcha. Las provincias deberán adjudicar concesiones «mediante procesos competitivos» a quienes ofrezcan una mayor inversión.
Los gobernadores recibirán algunos ingresos extras: 2,5% sobre la inversión comprometida en concepto de responsabilidad social empresaria, que pondrán las empresas, y recursos para obras de infraestructura. Para extender concesiones, habrá un bono de prórroga de 1,5% sobre las regalías remanentes probadas sobre el área.
La norma regula en especial el negocio de los no convencionales. Estipula el otorgamiento de concesiones por 35 años, con prórrogas de 10 años, y la libre disponibilidad de un 20% de las divisas que generen los proyectos luego de un determinado período..
Por – La Nación – Pablo Fernández Blanco
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