En el marco de la MIREC WEEK, llevado a cabo esta semana en Ciudad de México, el almacenamiento fue uno de los rubros en los que expertos prometieron nuevos desarrollos en los próximos años.
En palabras de Marco Cosío, vicepresidente Senior de Smart Infrastructure para Siemens México, Centroamérica y El Caribe “en 10 años México requerirá de 2.3 Gigawatts de almacenamiento, según datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE)”.
El experto, que habló con la prensa en el evento que convocó a más de 3.000 profesionales de la energía renovable, señaló que el sector energético acuerda en considerar que las baterías de iones de litio tienen el mayor potencial y que su escalabilidad hace que sean adecuadas tanto para estabilizar parques eólicos como solares.
Por ello, el sector renovable está atento a las nuevas actualizaciones de la tecnología y está a la espera de que los costos se reduzcan para incorporarse a grandes parques de generación renovable.
En diálogo con Energía Estratégica México, Leopoldo Rodríguez Olivé, presidente de la Asociación Mexicana de Energía Eólica (AMDEE) indicó que “aunque vemos todavía que las baterías no llegan a un nivel de precios como para ser competitivas para el almacenaje de grandes volúmenes de energía por varias horas, las baterías ya son rentables en aplicaciones de lo que llamamos servicios de auxiliares o servicios conexos para red, como reserva de corto plazo, para portación de regulación de frecuencia y regulación de voltaje, entre muchas otras funciones”.
No obstante, estos temas exigen de regulación oportuna para alcanzar seguridad y firmeza en la red eléctrica mexicana. Por ello, es uno de los temas de agenda que las asociaciones empresarias plantean tratamiento a la CRE, ahora que retomó sesiones.
“Entre los grandes pendientes de aprobación de la CRE que deberían tener prioridad, está la regulación en materia de almacenamiento de energía –que se posiciona cada vez más como un complemento para los proyectos eólicos y solares–, como así también criterios relativos a los certificados de energías limpias, definiciones sobre el código de red y nuevos criterios de medición de energía producida por proyectos legados”, precisó el presidente de AMDEE.
La Asociación Mexicana de Energía Solar (ASOLMEX), también adhiere a que urge regulación pertinente para que los actores del mercado puedan combinar sistemas de baterías con distintas fuentes de generación.
En una conversación pasada con este medio, Francois-Xavier Van Innis, coordinador del Comité de Almacenamiento de ASOLMEX, señaló que hoy México está entrando en la etapa más importante para definir cómo será la regulación y el mecanismo de remuneración.
“Hay mucha voluntad por parte de la CRE de mantener la agenda. Esta incluye terminar en mayo-junio con estudios sobre almacenamiento a cargo de una empresa consultora del exterior y trabajar internamente los pliegos, hasta presentar el marco regulatorio hacia final de 2019. Nosotros desde ASOLMEX confiamos en que esto se cumpla”, indicó el especialista.
Además de resultar necesario para garantizar la disponibilidad de la energía a toda hora en zonas donde el sistema es aislado y se cuenta abastecido con equipos de generación renovable, el almacenamiento también evitaría distorsiones en la red eléctrica de cara a un crecimiento de renovables.
De acuerdo a los compromisos internacionales de México, el país debería contar al 2024 con un 35% de oferta eléctrica a partir de parques de energía renovable no convencional (ERNC).
Aquella meta no es tan lejana de poder cumplir si continuan los incentivos a estas tecnologías que ya alcanzan el 29.5% de la matriz energética mexicana.
A partir de allí, y si se retoman compromisos de transición energética hacia fuentes más limpias, se estima que México podría alcanzar en el 2031 los 55% de ERNC y los 45% provenientes de fuentes de energía convencional.
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