La Secretaría de Energía difundió los valores que en realidad establece la Unidad Ejecutiva de Monitoreo que conduce Axel Kicillof para el mes de septiembre con una caída en el precio del biocombustible elaborado a partir del aceite de soja aproximada del 3 por ciento para las compañías que elaboran menos de 50.000 toneladas/año.
Por decisión del Gobierno los importes del Biodiesel bajaron desde la primera quincena de $ 7.475 la tonelada, como regía en agosto, a un total de $ 7.307 en el mes de septiembre.
“Estamos pendientes del movimiento de los precios y era previsible que bajen debido a la relación que tienen con el aceita de la soja, que es su principal insumo”, explicó el Director Ejecutivo de la Cámara de Empresas Pyme Regionales Elaboradoras de Biocombustibles (CEPREB), Francisco Jáuregui.
El dirigente admite que “en la medida que exista esta proporcionalidad no vamos a tener mayores inconvenientes; los precios son viables aunque cambien un poco, más nos preocupa los movimientos del dólar y la devaluación”.
En la misma línea, Tomás Lorda, también directivo de CEPREB, agrega que “se sigue respetando la nueva fórmula de precios que ha establecido la Secretaría de energía. El problema que estamos teniendo es que en dicha fórmula se fijan la mayoría de los costos como un porcentaje del valor del aceite, cuando en muchos casos los costos han aumentado. Si bien claramente el aceite es el principal costo del biodiesel, no todos los costos de transformación varían en proporción al mismo”.
Es que para esta actividad el grueso de los costos se miden directa o indirectamente en dólares: no sólo el aceite de soja, sino también el metilato de sodio, componente esencial del proceso de producción. Así y todo, Jáuregui destaca que la actividad se encuentra trabajando al máximo de sus capacidades operativas.
En total, sumando las grandes, las compañías están en condiciones de elaborar 4.4 millones de toneladas de biodiesel. De acuerdo a datos de la Cámara Argentina de Biocombustibles (CARBIO) entre enero y agosto de este año se exportaron 1,3 millones de toneladas del combustible, apenas 200.000 toneladas menos que en 2011.
En este contexto no fue necesario solicitar reuniones con la Secretaria de Comercio para plantear mejoras en la rentabilidad, como se hizo a principios de año, cuando los precios no eran acordes a la realidad de las Pymes y el grueso de las firmas tuvo que paralizar la producción.
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